Mi relato más vulnerable: Sí, hay una salida

Sep 28, 2023

Cómo Transformé Mi Dolor en Poder: Un Viaje de Fe y Descubrimiento

 

Hoy quiero compartir con ustedes una parte de mi vida que marcó un antes y un después en mi camino hacia la transformación personal; y probablemente el escrito más difícil que les he compartido hasta el momento. Durante 7 largos años, fui engañada y viví en la oscuridad, sin ser consciente de la traición que se tejía a mi alrededor. Esta es una parte de mi historia que sin duda alguna lo cambió todo, pero lo que quiero enfatizar en este escrito no son los detalles dolorosos de la traición ni todo lo que envolvió ese evento tan cruel, lo que quiero enfatizar es cómo el dolor más profundo puede convertirse en el combustible que necesitas para alcanzar tus sueños, siempre y cuando tengas fe y confíes en el proceso de la vida.

 

El momento en que descubrí la verdad fue muy humillante, impactante y doloroso. Imaginen sentir cómo el suelo se abre bajo tus pies, cómo el corazón se rompe en mil pedazos y cómo la confianza en el mundo se desmorona. Descubrí que mientras yo sufría, había personas que disfrutaban de mi dolor, que lo grababan y lo compartían como si fuera un espectáculo. Incluso aquellos que consideraba amigos se burlaban de mí, convirtiendo mi sufrimiento en chistes crueles que compartían con otros. De más está decirte que estuve prácticamente sola en todo ese proceso, solo Dios y mi hijo me dejaban saber que rendirme no era una opción.

 

Fue un momento oscuro en mi vida, y hubo ocasiones en las que pensé que no podría continuar. El dolor me invadía hasta la piel, la tristeza y desolación parecían abrazarme en cada esquina de mi mente. Sin embargo, decidí aferrarme a mi fe en Dios y confiar plenamente en Su voluntad. Fue un acto de resistencia contra la melancolía, la desesperación y la amargura. Fue un acto de soltar el control y entender que Dios tiene el control absoluto de todo y que según como tú actúes, será lo que luego vendrá.

 

La mayor enseñanza de todo esto es que Dios actúa en base a nuestra fe. A medida que confié más en Él y en Su plan, comencé a ver cómo ese dolor se convertía en poder. Pero eso no fue de un día para otro, hubo días muy grises y dolorosos donde me invadía la impotencia, la rabia y la frustración; pero fue precisamente en uno de esos días en que decidí que mi historia no sería definida por el sufrimiento, sino por mi capacidad para superarlo y encontrar la luz en la oscuridad; que todo estaba en mí y las decisiones que tomara de ese momento en adelante.  Así que decidí adentrarme en la oración, en la lectura positiva, en el coaching y alejarme de todo aquello que me hacía daño y me alejaba de mis metas personales y profesionales.

 

Y hoy quiero compartirte algunas de las cosas que me ayudaron a convertir el peor momento de mi vida en una oportunidad de crecimiento, pero sobre todo en un nuevo comienzo para mí:

 

 

  1. Aceptación y Perdón: Acepté lo que había sucedido y continúo en el camino del perdón para quienes me hirieron tanto. Entendí que el perdón no es para liberarlos a ellos, sino para liberarme a mí misma del peso del rencor.

 

  1. Autoconocimiento / Coaching: Desde ese momento vivo sumergda en un viaje profundo de autoconocimiento y coaching. Quería y necesitaba entender quién era yo realmente y qué valores eran más importantes para mí. Esto me ayudó y continúa ayudándome a construir una base sólida para mi crecimiento como ser humano y como profesional.

 

  1. Establecimiento de Metas: Establecí metas claras y realistas para mi vida. Un día a la vez. Pasito a pasito, pero sin olvidar en quien me quería convertir. Estas metas se han convertido en mi brújula, una razón para levantarme cada mañana y seguir adelante sin vivir en el pasado.

 

  1. Desarrollo Espiritual: Mi fe en Dios se fortaleció más y más, a medida que confiaba en Su plan divino. Orar, meditar y buscar respuestas espirituales me dio una sensación de paz interior que nunca había experimentado antes y que ahora rigen cada paso y decisión en mi vida.

 

  1. Amor inagotable por mi hijo: Mi deseo de ser una madre excepcional y brindar el mejor ejemplo posible a mi hijo se convirtió en el motor que me impulsó a transformar ese dolor en fortaleza. Sabía que no podía permitir que mi pasado definiera su futuro, y esa determinación me inspiró a buscar la sanación y el crecimiento constante.

 

Con el tiempo, ese dolor se ha ido transformando en uno de mis super poderes. Me di cuenta de que podía usar mi experiencia para ayudar a otros, para inspirar a quienes habían pasado por situaciones similares. Me convertí en una mejor persona, una madre más compasiva y una coach más empática. Aprendí a amarme sin límites, sabiendo que mi valía no estaba determinada por las acciones ni las opiniones de los demás.

 

Continúo en proceso de perdonar, de sanar y de entender completamente lo que sucedió en aquellos días oscuros de mi vida. Pero hoy, quiero compartir esto contigo, no por los detalles de mi historia, sino porque sé que hay muchas personas que atraviesan circunstancias similares y a menudo se sienten atrapadas en un abismo de dolor y desesperación. Quiero decirte que hay una salida, que después de la tormenta llega la paz, el amor y la transformación.

 

No importa cuán profundo sea tu sufrimiento hoy, puedes encontrar la paz interior y convertirte en la persona que Dios quiere que seas. Mi experiencia me ha enseñado que el dolor, el coraje y la frustración pueden ser energías poderosas si las canalizamos de la manera correcta. En lugar de permitir que la impotencia nos consuma, podemos utilizar esa energía para impulsarnos hacia adelante.

 

 Deja de lado la amargura y el resentimiento, y a enfócate en tu propio crecimiento y felicidad. No permitas que quienes te hicieron daño estén mejor que tú. Utiliza esa adversidad como un trampolín para convertirte en una versión mejor y más fuerte de tí mism@. Recuerda que la vida está llena de pruebas y tribulaciones, pero también está llena de oportunidades para crecer y prosperar. Con fe en tí mism@, en el proceso y en la guía divina, puedes superar cualquier obstáculo. No estás solo en este viaje; hay una comunidad de personas dispuestas a apoyarte.

 

Así que sigue adelante con valentía, amor propio y determinación. La vida después de la tormenta puede ser más hermosa de lo que puedas imaginar. Conviértete en la mejor versión de ti mismo, no por venganza, sino por amor propio y por el deseo de vivir una vida plena y significativa. Nunca olvides que incluso en los momentos más oscuros de la vida, hay una oportunidad para la transformación. Con fe, aceptación y determinación, puedes convertir el dolor en poder y convertirte en quien Dios quiere que tú seas, porque Dios sabe cómo usar tu dolor y llevarlo a otro nivel.

 

 La adversidad puede ser el catalizador que nos lleve a alcanzar nuestras metas y a vivir una vida plena y significativa. Confía en ti mismo, confía en el proceso y, sobre todo, confía en la guía de Dios. El poder está dentro de ti, esperando ser liberado. Porque después de tanto, es momento de decir: Ahora Me Toca A Mí y comenzar a ver todo lo que te está esperando detrás del dolor.

 

Y de todo corazón espero, que la paz y el amor de Dios te acompañe en cada paso de este viaje hacia tu transformación, de igual manera que lo ha hecho en el mío.

Gracias por leerme y por ser parte de quienes me inspiran a crecer y ser mejor cada día. 

 

Con todo mi cariño,

 

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